jueves, 29 de noviembre de 2007

La Esfinge


La Esfinge en la mitología griega es un demonio de destrucción y mala suerte, que se representa con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave.
Según Apolodoro, la Esfinge había aprendido el arte de formular engimas de las musas. Edipo mismo la llamó musa, pues era propio de las musas manejar las palabras con belleza, a través del canto. De este modo, según dicen la Efinge cantaba también sus enigmas. El más conocido acertijo, según una versión de Aristófanes, es el que decía:

Existe sobre la tierra un ser bípedo y cuadrúpedo, que tiene sólo una voz, y es también trípode. Es el único que cambia su aspecto de cuantos seres se mueve por tierra, aire o mar. Pero, cuando anda apoyado en más pies, entonces la movilidad de sus miembros es mucho más débil.

Muchos trataron de resolver el enigma, pero nadie conseguía descubir quién era el extraño ser, y todos eran asesinados por la esfinge tras fallar en su intento. Además, la Esfinge había soltado una maldición en la ciudad de Tebas, invadida por la peste, que no sería eliminada hasta que alguien cosiguiera resolver el acertijo. Ante tan angustiosa situación, el rey hizo una proclama a toda Grecia prometiendo que daria el reino y a su hermana Yocasta en matrimonio a quien lograra desentrañar el enigma. Finalmente, Edipo dio con la respuesta correcta:

Escucha, aun cuando no quieras, Musa de mal agüero de los muertos, mi voz, que es el fin de tu locura. Te has referido al hombre, que cuando se arrastra por tierra, al principio, nace del vientre de la madre como indefenso cuadrúpedo y, al ser viejo, apoya su bastón como un tercer pie, cargando el cuello doblado por la vejez.

Al oír esta respuesta la esfinge se arrojó desde el monte que era su guarida y murió. Como premio Edipo se casó con Yocasta y se convirtió en rey, y esto fue el principio de su perdición... aunque esa ya es otra historia.


La esfinge es también uno de los obstáculos que debe superar Harry Potter en la tercera prueba del Torneo de los Tres Magos en El cáliz de fuego, consistente en un laberinto. La esfinge le propone un enigma que el mago debe resolver. Si lo acierta, podrá pasar, si no, le devorará al instante.

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